Suzisoumise, una zorra tetona, anhela atención. En un café de Lisboa, se entrega al auto-placer para un cliente cautivado. Sin disculpas, mostrando su destreza, acaricia hábilmente sus pliegues húmedos goteando, sus dedos bailando en un ritmo tentador.Esta zorra caída rebosa un deseo crudo y sin filtros