En cólera, Emily-J asalta con fuerza, sus grandes y naturales tetas agitadas de furia.Sola en el callejón, se mete los dedos a través de sus gafas, sus pezones hinchados de deseo.La imagen de su esposo con otra mujer enciende una sesión de masturbación salvaje, sus gemidos resonando en las muros muertas.